Ya casi en este final de semana en la que hemos estado mirando de nuevo y desde la situación actual a Magdalena Sofía, acogiendo su inspiración e impulso desde ese nombre que heredamos… os presentamos la oración para el viernes. En ella, profundizamos en la «A» de su nombre… Una letra que relacionamos a su modo de vivir un amor fuerte y concreto en su vida: amor a Jesús, amor a las personas… Un amor fuerte que se hace compasión y servicio.

La oración de hoy nos invita a adentrarnos en la «I» de su nombre (innovación, movimiento, dinamismo…). Sofía fue una mujer que miró la realidad, leyó desde el Corazón de Dios las necesidades de su tiempo y respondió de formas nuevas, tantas veces… Lo hizo dejándose mover por el Espíritu, confiada en que era otro quien la llamaba a ir más lejos y más allá…

Seguimos rezando su nombre… qué bonito si estos días lo pronunciamos al ritmo de la respiración con todo el contenido y la hondura que vamos descubriendo en él… La propuesta para hoy consiste en mirarla y rezar con ella desde la «F» de Sofía y con esa mezcla y equilibrio que hubo en ella de firmeza y ternura. Y es este mismo modo de amar lo que recibimos en herencia…

En la «O» de este nombre que llevamos, miramos a la mujer del silencio, la contemplación y la oración. Contemplativa y apostólica, también en su oración tiene los ojos fijos en Jesús y el corazón vuelto al mundo, en un único movimiento. Que ella no enseñe a hacer silencio, a contemplar la vida y la realidad desde el Corazón de Dios.

Durante los cinco día de esta semana, en el espacio «Desde Dentro, desde Dios», vamos a rezar y a preparar así el corazón a la celebración agradecida del 25 de mayo, de la fiesta de Santa Magdalena Sofía. Este año, en que celebramos esta fiesta en esta situación especial, queremos sentirnos más que nunca, acompañados por ella que, tantas situaciones de crisis y tantos retos tuvo que afrontar en su vida, segura de ir sostenida e impulsada por el Amor más grande.

Oración – S. de Sabiduría

Estos días estamos leyendo ya el Capítulo 15 del evangelio de Juan que es tan nuestro… Hoy tenemos una preciosa invitación a «permanecer en Su Amor», a dejarnos querer, estar, acoger… como somos, como estamos… Invitación a hacer vida ese amor que recibimos y dejar así, que los demás también permanezcan en él…

En el Evangelio del domingo, Jesús nos dice dónde está el camino. En este tiempo de tantas búsquedas, de incertidumbres, nos hace volver la mirada y nos recoloca por dentro en medio de nuestras certezas y de nuestras ansiedades también: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida». Le pedimos a Jesús que nos ayude a transitar por él, confiar en todo lo bueno que tenemos y en lo bueno que vendrá…

Os presentamos las propuestas de la oración y del espacio de interioridad para el día de hoy. Nos envía la rutina de interioridad el colegio de Valdefierro, Zaragoza, y nos invitan con ella a hacer un ejercicio de respiración: «la temperatura» y también os adjuntamos la oración que nos han preparado en el colegio de Rosales, Madrid, haciéndose eco de la fiesta que celebramos el domingo pasado, el día del Buen Pastor…

En el siguiente documento se pueden consultar las medidas de prevención para la celebración del Culto público en los Templos católicos durante la desescalada de las medidas restrictivas en tiempo de pandemia, publicadas por nuestro arzobispo, D. Francisco Pérez González el pasado jueves 30 de abril.

En la celebración del Buen Pastor, agradecemos la imagen y la presencia de Jesús que da la vida, que da Vida y la da en Abundancia… «He venido, dice Jesús, para que tengáis vida y la tengáis en abundancia».

Muchas gracias al colegio de Diputación, Barcelona, que nos envía la oración en clave de Emaús, invitándonos a ponernos al lado de Jesús, de contarle nuestros desvelos de estos días y dejarnos escuchar y mirar, y dejar que se nos abran los ojos y se nos despierte la confianza y reconocer su mano amiga en las manos amigas de tantos. Este camino de expresión y reconocimiento al lado de Jesús lo podemos hacer en el silencio o en la familia, el grupo… ¡En ese camino nos encontramos!

Comenzamos semana y en el pórtico, en este domingo, nos encontramos con el texto de los discípulos de Emaús… Que Jesús, que nos saldrá al camino en esta semana que comenzamos, se haga notar, que lo busquemos, que lo sintamos, que lo escuchemos, que nos fiemos de que está allá donde no podamos ni intuirlo…

«Saber, en pocas palabras, que Dios ha estado ahí, contigo, conmigo, con nosotros, diciendo su palabra fuerte y claro para cambiar la historia para siempre».  

Os presentamos la oración de hoy y el espacio de interioridad. Con ambas cosas compartimos con vosotros el deseo de encuentro con nuestro Dios-solidaridad y con el cariño hondo que nos sostiene y sana.

«Hay quien piensa que el sufrimiento es un dedo que tensa la cuerda del corazón hasta romperla. Yo prefiero pensar que la afina como un instrumento» Jesús Montiel

Que nadie vuelva a casa sin haber aprendido algo. Que nadie regrese a Ítaca sin haberse enfrentado a todos los monstruos de su vida. Que nadie piense que esto no tiene sentido. Que nadie sienta que este elefante ha olvidado el lugar que se encuentra detrás de la cortina de agua, en la gran catarata…

Os presentamos a continuación una interesante y emotiva reflexión sobre la Resurrección que nos envía Mariola López Villanueva, Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús.

La oscuridad no hace sino resaltar la luz y la luz no hace sino iluminar las tinieblas, acabar con los miedos, destapar escondites, sanear estancias, aclarar miradas… Hoy renace la LUZ. Se renueva la invitación a una mirada nueva de futuro y a una mirada limpia del pasado y del presente, sin pesos, sin culpas, con responsabilidad, siendo conscientes de que nuestra vida, cada momento de ella, nos constituye y nos hace únicos y por ello mismo, preciosos.

Permanecemos hoy en espera. Como la semilla que se deja hacer paciente. Con el oído atento y despierto, con una sensación de escalofrío de incertidumbre en la piel, con un sabor agridulce en la boca por todo lo vivido. Pero en el aire… hay un perfume de esperanza…