Cerro Viejo
Hemos visto la luz de las entrañas de Cerro Viejo,
en la isla bonita de La Palma
y nos hemos sobrecogido…
El Volcán, dicen en los telediarios, arroja
columnas de lava
a cuatrocientos metros de altura.
Las coladas arrasan las casas de los cerros,
la tierra tiembla
y todo se nos mueve.
Cuando la naturaleza despierta
nuestro mundo se tambalea
y el silencio se abre un lecho en nuestro corazón.
La lava que baja de la montaña
busca el camino natural del mar.
La isla crecerá cuando se solidifique.
Gente que lo pierde todo:
casas, granjas, haciendas, recuerdos…
La naturaleza hace de inspectora de hacienda
y se cobra sus impuestos.
Vivís en mi casa, dice: respetadme…
Estoy viva, dice: ahora os haré bailar un poco…
Dios creó el cielo y la tierra
y vio que todo era bueno…
Viento es lo que exhala la tierra cuando respira, dijo Ziqui.
La lava nos recuerda que todo paisaje está hecho de agua y montaña.
Toda vida es también agua y montaña.
Está lo que fluye y está lo que permanece.
Toda la noche escuchando el estertor del magma que sube.
Toda la noche recordando que Dios creó el mundo en evolución
y que nada está terminado todavía…
Iosu Moracho